Desde STC Fisioterapia seguimos desarrollando servicios que buscan optimizar la recuperación y la salud del paciente. En este sentido, lanzamos el tratamiento con ondas de choque, se trata de unas ondas acústicas que se transmiten en un medio gaseoso o liquido. Los efectos de las ondas de choque son directos (físicos, el propio golpe que se genera) e indirectos (biológicos o por cavitación) sobre el tejido que se va a tratar. Este efecto de cavitación hace que se generen burbujas de aire, que posteriormente implosionan, haciendo que se produzca una segunda onda en el interior de los tejidos dañados.
Las ondas de choque funcionan al producir un efecto de cavitación, por el cual forman burbujas que, al estallar liberan energía, rompen los depósitos de calcio y el desarrollo de microhematomas que estimulan la formación del callo óseo, con neoformación de nuevos lechos capilares y modificaciones en la tensión de las fibras de colágeno, lo que cambia su permeabilidad y favorece el metabolismo en el tejido.
El efecto desintegrador de la onda para tratar los tejidos dañados posee efectos analgésicos y permite la estimulación del proceso de reparación en tendones, partes blandas y huesos. Esta transforma una zona de inflamación crónica en inflamación aguda por aumentar la respuesta celular en la cadena de la inflamación. En general, en trastornos subagudos y crónicos, el tratamiento con ondas de choque estimula la reiniciación de procesos de curación estancados, lo cual provoca una remodelación y, por lo tanto, promueve la curación; mientras que, en trastornos agudos, inicia una fase de curación más rápida y efectiva.(
La técnica es molesta, pero tolerable cuando el paciente está afectado por una patología crónica excesivamente dolorosa. En nuestra área los pacientes son reticentes a que se les aplique un nuevo tratamiento que está comenzando a utilizarse y son los pacientes con dolor de muchos años de evolución los que acuden para que se les aplique de forma voluntaria. Nuestro objetivo primordial fue obtener alivio del dolor. Pensamos que tal objetivo se logró, ya que la media de la sensación dolorosa por parte del paciente disminuyó considerablemente.
Actualmente, se encuentran tres patologías tendinosas en las que existe una evidencia a favor del tratamiento con ondas de choque: la tendinosis calcificantes, sobre todo en hombro, la fascitis plantar y la epicondilitis. 3 afecciones muy demandas en nuestro centro de fisioterapia en Dos Hermanas.
El hielo es un tema extremadamente caliente (o más bien, frío) en la medicina deportiva y la rehabilitación de lesiones agudas, y por una buena razón. La forma en que tratamos las lesiones cambia continuamente según las investigaciones más recientes. Debido a esto, no es de extrañar que haya confusión sobre si el hielo tras lesión es bueno, malo o indiferente.
Cuando alguien se hace un esguince de tobillo, la mayoría de nosotros instintivamente coge una bolsa de hielo para ponerla alrededor de la articulación. Cuando vemos a los atletas profesionales lesionarse, se envuelven en hielo tras lesión antes de salir del campo. El hielo parece ser una parte arraigada en el proceso de tratamiento de las lesiones agudas, pero ¿este tipo de intervenciones está en línea con la última investigación?
La primera documentación del hielo como parte del protocolo de tratamiento de lesiones agudas se remonta a 1978 cuando el término RICE (Rest, Ice, Compression, Elevation. Descanso, hielo, compresión y elevación) fue acuñado por el Dr. Gabe Mirki. Su intención detrás del uso del hielo era minimizar la respuesta inflamatoria en un intento de acelerar la curación. Este protocolo inicial se arraigó profundamente en nuestra cultura y durante 20 años estuvimos «RICE-ando» lesiones antes de que se incluyera la P para protección (PRICE). 14 años después, POLICE(Protection, Optimal Loading, Ice, Compression, Elevation. Protección, carga óptima, hielo, compresión y elevación) reemplazó a PRICE .
¿La razón de los cambios?
La investigación ha identificado desde entonces que la «carga óptima» (OL) ayuda a la recuperación a través de la regeneración celular inducida por la carga mecánica ligera en las primeras etapas. Por consiguiente, el reposo (R) o la falta de movimiento es perjudicial para la recuperación .
¿Pero qué hay del hielo?
analgésico (agente atenuante del dolor) al enfriar la temperatura de la piel. Sin embargo, el impacto en los músculos subyacentes es inexistente, ya que la temperatura de los músculos permanece inalterada por la aplicación tópica de hielo. De lo que estamos mucho menos seguros ahora que en 1978, es de sus propiedades curativas. Anecdóticamente (y probablemente debido al efecto analgésico) la mayoría de las personas reportan que el hielo hace que las lesiones «se sientan mejor», al menos a corto plazo. Pero, ¿Qué impacto tiene el poner hielo inmediatamente en una lesión a medio o largo plazo?
En 2014, el Dr. Mirkin reconoció el cambio de paradigma en la investigación y, como cualquier científico basado en la evidencia, retiró el hielo de su protocolo inicial. Declaró que los entrenadores habían estado usando su «guía RICE» durante décadas, pero ahora parecía que tanto el hielo como el descanso completo podían de hecho retrasar la curación, en lugar de ayudarla»
A lo que el Dr. Mirkin se refiere es a los beneficios necesarios del proceso de inflamación. Cuando nos lesionamos, nuestro cuerpo envía señales a nuestras células inflamatorias (macrófagos) que liberan la hormona Factor de Crecimiento similar a la insulina (IGF-1). Estas células inician la curación destruyendo el tejido dañado. Cuando se aplica hielo, podríamos estar impidiendo la liberación natural de la IGF-1 por parte del cuerpo y por lo tanto retrasando el inicio del proceso de curación
El hielo fue finalmente revocado en 2019 del proceso de tratamiento de lesiones agudas con el último y más completo acrónimo: PEACE and LOVE (Protection, Elevation, Avoid Anti-Inflammatory Drugs, Compression, Education & Load, Optimism, Vascularisation and Exercise. Protección, elevación, evitar medicamentos antiinflamatorios, compresión, educación y carga, optimismo, vascularización y ejercicio)
Con toda esta evidencia recién descubierta sobre los aspectos negativos de la aplicación de hielo sobre las lesiones agudas, surge la pregunta:
«Si el hielo retrasa la curación, aunque pueda entumecer temporalmente el dolor, ¿deberíamos seguir usándolo?»
Probablemente no.
Mientras que una cierta inflamación puede ser necesaria para la recuperación, demasiada o un edema prolongado (hinchazón) son malas noticias. El edema excesivo aplica una presión no deseada sobre los tejidos, restringe el movimiento, disminuye la función muscular y puede aumentar el dolor.
Esto se observa a menudo en los esguinces articulares graves (como los esguinces de tobillo) en los que la hinchazón es lo suficientemente significativa como para impedir la amplitud de movimiento. Otro ejemplo es la inhibición muscular artrógenica del cuádriceps después de una cirugía de ACL.
En estas circunstancias, el hielo puede ser una opción viable, ya que el objetivo no es necesariamente evitar toda la hinchazón, sino limitar su alcance. Por el contrario, los desgarros musculares suelen provocar menos edema y, por lo tanto, es probable que el hielo no sea beneficioso en las primeras etapas (o en absoluto) durante el tratamiento de este tipo de lesiones.
Así que, por ahora, basado en la investigación actual sobre poner hielo tras lesión, mantendría hielo en el congelador la mayor parte del tiempo. Tal y como lo entendemos actualmente, el hielo es menos importante de lo que una vez pensamos. La excepción a esta regla sería cuando las lesiones son graves y en circunstancias en las que la hinchazón probablemente sea el factor limitante para la recuperación. En estos casos, el hielo puede ser beneficioso únicamente en las primeras etapas.
¿Cuál debería ser entonces nuestro principal objetivo?
Animar a la gente a volver a moverse con seguridad, tan pronto como sea posible. En STC Fisioterapia como centro de fisioterapia en Dos Hermanas, puedes guiarte por nuestros consejos y tomar nota de nuestro asesoramiento con sesiones que garanticen la recuperación de tu lesión.
Los esguinces laterales de tobillo (LAS, por sus siglas en inglés) ocurren comúnmente en la práctica deportiva, con una mayor incidencia en los deportes de campo o de cancha, como el baloncesto, el netball y el balonmano. Un pensamiento común sobre los esguinces es ‘los esguinces de tobillo son autolimitados’: un poco de hielo, un poco de descanso y todo estará bien. Sin embargo este pensamiento no está respaldado por los datos existentes, según los cuales entre el 20 y el 50 % sufren síntomas a largo plazo después del LAS, como dolor, sensación de inestabilidad o lesiones recurrentes. Entonces, ¿qué estamos haciendo mal? Como siempre, la respuesta es compleja, pero un predictor importante del resultado posterior al LAS es la calidad de la rehabilitación. Hay dos premisas fundamentales:
1. Tratar, trabajar, reeducar los ligamentos:
Puede intentar estimular los ligamentos usando luz, calor, vibración o corriente eléctrica, pero la mayoría de las veces no responderán tan bien. Como los ligamentos responden mecánicamente, prosperan cuando se estimulan mediante cargas de tracción. Por lo tanto, la rehabilitación (p. ej., movimiento y ejercicio) es el medio ideal para estimular la cicatrización de los tejidos. Esto finalmente restaura su morfología y propiedades biomecánicas clave (como la resistencia a la tracción y la rigidez) después de una lesión. Sin embargo, la literatura clínica (junto con muchos terapeutas) sugiere que la mayoría de la rehabilitación del tobillo se limita a las posiciones plantígradas del pie
2. Tratar, trabajar y reeducar TAMBIÉN la supinacion/inversión
Las estrategias de entrenamiento de fuerza en la literatura clínica se centran en gran medida en la carga concéntrica de los flexores y eversores plantares después del LAS, mientras que el entrenamiento de la inversión/supinación a menudo se pasa por alto l. La debilidad de la inversión es un problema perenne en la inestabilidad crónica del tobillo ; esto puede deberse a la inhibición fisiológica en las etapas agudas, o a que los pacientes son reacios a recrear el patrón de movimiento que los lesionó
Restaurar el rango de supinación y la fuerza es esencial para el atleta, ya que permite un empaquetamiento óptimo de la STJ y la propulsión durante la marcha y la carrera. Para rectificar un SubSuD (déficit de supinación subtalar), olvídese de las bandas elásticas y vuelva a la facilitación neuromuscular propioceptiva (FNP) de siempre. La naturaleza táctil de la PNF no solo brinda tranquilidad al paciente, sino que también le da al clínico el control de los grados de libertad en el complejo del tobillo. Esto ayuda a aislar el fortalecimiento de los grupos musculares y patrones de movimientos necesarios.
Somos tu centro de confianza para que puedas recuperarte de tu esguince de tobillo u otra lesión
La osteopatía dinámica de pubis (ODP) o pubalgia es una entidad patológica que reside en la región inguino-pubiana. Bajo dicho término conviven lesiones tendinosas, musculares, óseas y/o sinfisarias que afectan a la sínfisis púbica, a los músculos aductores, a los músculos abdominales o al orificio inguinal. Ello explica que le hayan sido atribuidas diferentes denominaciones: osteítis del pubis, apofisitis pubiana, sinfisitis pubiana o pubalgia, entre otras.
La pubalgia consiste en la inflamación de los músculos aductores a nivel su inserción en las ramas púbicas, se trata por tanto de una entesitis o tendinitis de inserción. Se va a inflamar el periostio en la zona de las ramas y la sínfisis púbica, esta zona va a ser también la zona principal donde se localiza el dolor, pero también es común la irradiación hacia la zona de los músculos aductores.
La patología comienza, en la mayoría de los casos, con la sobrecarga de los músculos aductores, en su mayoría en la zona de transición entre la zona contráctil del músculo y la zona tendinosa. Va a existir alteración de las fuerzas que generan los aductores y la fuerza de los abdominales, este desequilibrio va a desencadenar el dolor.
Causas de la osteopatía de pubis
Sobrecarga muscular.
Alteraciones de la postura y de la estática postural.
Acortamiento de los músculos aductores.
Traumatismos directos o indirectos.
Mal entrenamiento deportivo o entrenamiento en terrenos irregulares.
Origen idiopático
Tratamiento de la pubalgia
El tratamiento fisioterápico de elección en STC Fisioterapia para este tipo de patologías consiste en disminuir la fase aguda de dolor mediante masoterapia suave, electroanalgésia, crioterapia y ejercicio isométrico suave.
La segunda fase consiste en trabajar musculatura abdominal oblicua y aductores mediante ejercicio funcional en fase excéntrica para mejorar la resistencia a nivel de inserción en pubis, masoterapia más profunda y crioterapia.
La última fase de tratamiento va a consistir en realizar un protocolo de ejercicio funcional pliométrico, concéntricos (elevar cargas en fase de contracción) y eliminar la aparición de puntos gatillos en aductores, mediante punción.
Los esguinces son las lesiones más frecuentes en la actividad traumatológica y, dentro de ellos, el esguince de tobillo es el más común (1:10000 hab/día). El mecanismo lesional es siempre indirecto, siendo un movimiento forzado torsional el que provoca la distensión de los tejidos capsulo-ligamentosos. El movimiento más frecuente es una inversión forzada del pie (equino+supinación) . El movimiento contrario o equino-eversión se produce menos.
La distención se produce más frecuentemente en los fascículos ligamentosos de la región externa del pie. La parte interna se suele dañar menos.
Se han descrito numerosos sistemas de clasificación de los grados de un esguince agudo del tobillo (anatómicamente en función del número de ligamentos afectados) . Tradicionalmente han sido clasificados basados en signos clínicos y alteración funcional en tres grados de esguince de tobillo:
1. Grado I: lesión parcial de un ligamento sin pérdida funcional o con limitación leve (el paciente puede caminar con apoyo total y dolor mínimo). Edema e inflamación leve, sin inestabilidad mecánica (examen clínico de inestabilidad negativo) y las fibras ligamentosas están distendidas pero intactas. Lesión microscópica. El tratamiento en este caso va a consistir desde el primer día en ejercicios de fortalecimiento de la musculatura accesoria y ganancia propioceptiva.
2. Grado II: Lesión incompleta de un ligamento, dolor y edema moderados. Discapacidad funcional moderada, equimosis leve-moderada, edema sobre las estructuras afectadas, limitación parcial de la función y el movimiento (el paciente tiene dolor cuando apoya o camina). Inestabilidad leve o moderada al examen clínico de inestabilidad unilateral con datos positivos leves. Algunas fibras están parcialmente desgarradas. El tratamiento en este caso va a consistir durante la primera semana en disminuir la inflamación y el dolor mediante técnicas antiinflamatorias, la segunda y tercera semana de tratamiento realización de ejercicios de fortalecimiento de la musculatura accesoria y ganancia propioceptiva.
3.- Grado III: Lesión completa con pérdida de la integridad del ligamento, edema y equimosis severa. Pérdida de función y movimiento (el paciente es incapaz de caminar o apoyarse). Inestabilidad mecánica. Los ligamentos están completamente desgarrados y no son funcionales. Lesión total de todos los fascículos (ruptura).
El tratamiento a veces en estos casos es quirúrgico, si así lo estima el traumatólogo. Hay casos en los que no es necesario pasar por quirófano. Si no es necesario, el tratamiento es con inmovilización varias semanas. Tras la inmovilización disminuir la inflamación y el dolor mediante técnicas antiinflamatorias, posteriormente, cuando el dolor remite, la movilización activa articular parece mejorar los rangos de movilidad articular y el balance. Se aconseja un programa de ejercicios isométricos de inversión- eversión- flexión dorsal y flexión plantar; ejercicios de propiocepción para mejorar la estabilidad los primeros días tras la inmovilización.
La tendinopatia de Quervain, o síndrome de la tabaquera anatómica, se produce cuando hay irritación de la vaina que recubre el tendón del músculo abductor largo del pulgar y el extensor corto del pulgar, produciendo dolor en la base del pulgar y algunas veces irradiado hacia el antebrazo. El tendón y sus vainas tendinosas pueden hincharse si estos tendones se lesionan por un traumatismo o cuando se ven estresados excesivamente por cargas o movimientos recurrentes.
Los estudios aún no confirman las causas
A pesar de que se han realizados diversas investigaciones, las causas exactas de la tendinitis o tenosinovitis de De Quervain no han sido del todo esclarecidas. Principalmente, se ha atribuido a la degeneración mixoide (proceso en donde los tejidos conectivos se ven reemplazos con otra sustancia) con depósitos de tejido fibroso y al aumento de la vascularización en lugar de la inflamación aguda del revestimiento sinovial. Esta deposición da como resultado un engrosamiento de la vaina del tendón lo que aprisiona a los tendones del abductor largo y extensor corto del pulgar.
Esta dolencia es muy común en las madres primerizas debido a la alta frecuencia de coger al bebé en posturas con una flexión con desviación cubital y supinación forzada de la muñeca para sostener el peso. Esto, produce una sobrexcitación de la vaina que protege al tendón del pulgar fatigando su estructura y dañándola produciendo inflamación y dolor así como movilidad funcional en la muñeca. También es una causa muy común de bajas laborales en personas en la que su actividad sea movimientos repetitivos de muñeca.
Uno de los test que se usan para ayuda a su diagnóstico es el test de desviación cubital de muñeca con oposición del pulgar o prueba de Finkelstein y observar su existe dolor agudo a nivel de la tabaquera anatomica y recorrido radial del antebrazo.
La rehabilitación para este tipo de patologías es clave
El tratamiento rehabilitador utilizado para la patología del síndrome de la tabaquera anatómica va a consistir en reducir la inflamación y dolor en la 1ª fase mediante técnicas antiinflamatorias como electroanalgesia, masoterapia suave y estiramientos pasivos así como crioterapia o termoterapia avanzada. En la 2ª fase de tratamiento comenzaremos con ejercicios excéntricos con ayuda de gomas elásticas y pesas. Y como última fase, realizaremos una readaptación con ejercicios funcional guiado de todo el miembro superior.
Si deseas contar con un centro de fisioterapia en Dos Hermanas que pueda ayudarte en la rehabilitación y recuperación de esta patología, puedes contar con nosotros.
En la actualidad las lesiones musculares representan entre el 30-60% de todas las lesiones deportivas. Las roturas musculares más frecuentes s se da en el músculo bíceps femoral (30%), seguido del abductor mediano (18%), gemelo interno (16%), del cuádriceps (12%), del semitendinoso (5%) y de otros (19%).
Al clasificar las lesiones musculares según el mecanismo de producción encontramos: lesiones por mecanismo directo (lesiones extrínsecas) debidas a contusiones o caídas más o menos importantes y lesiones por mecanismo indirecto (lesiones intrínsecas) o por fatiga muscular. Estas últimas son las más frecuentes, aparecen tras un estiramiento y se originan por la aplicación de una fuerza tensional que supera la resistencia del tejido cuando éste se encuentra en una contracción excéntrica, es decir, la contracción muscular con alargamiento del músculo. Las lesiones musculares intrínsecas se valoran inicialmente mediante la anamnesis y la exploración clínica.
Para establecer un buen diagnóstico y clasificación de las lesiones musculares es muy útil el empleo de las pruebas por imagen tales como de la ecografía y/o resonancia magnética (RM). La ecografía suele ser la primera técnica que debe utilizarse en la exploración, pero hay que recordar que las lesiones menos importantes, profundas e infrecuentes pasan inadvertidas en la ecografía con frecuencia. La RM por su resolución anatómica y capacidad multiplanar, es el método de elección para el estudio de este tipo de afecciones, ya que permite descartar otras patologías similar presentación clínica y realizar un diagnóstico específico.
La lesión muscular puede ser de grado 1, grado 2 o grado 3
· Grado 1: El antecedente de la lesión es mínimo y no es concreto. La exploración física es anodina. No existe equimosis. Discretos síntomas inflamatorios.
· Grado 2: El antecedente de la lesión es concreto y detallado. La exploración física es específica. La equimosis acompañante es inferior a 3 cm. Hay síntomas inflamatorios. No hay bostezo articular. Puede haber cierta inestabilidad.
· Grado 3: La circunstancia accidental es de gran intensidad y concreta. La exploración física es muy aparatosa o imposible de realizar. Hay una gran equimosis. Existen síntomas inflamatorios y signo del hachazo. Bostezo articular. Impotencia funcional severa.
Los músculos de las extremidades inferiores que hacen roturas parciales con mayor frecuencia son los poplíteos, cuádriceps y gemelos. El tratamiento clásico de estas lesiones incluye tratamiento farmacológico (antiinflamatorios, analgésicos y anticoagulantes), inmovilización con un vendaje compresivo y reposo. Esto conlleva pérdida de masa muscular, necesidad de rehabilitación y pérdida económica derivada del absentismo laboral.
Te podemos ayudar con la recuperación de lesiones musculares
La fisioterapia dispone de un arsenal de técnicas para las roturas musculares más frecuentes que pueden emplearse en el tratamiento de estas lesiones con éxito: vendajes funcionales adhesivos, vendaje neuromuscular (VNM), crioterapia (paquetes de gel helado, bolsas de hielo y masaje con hielo), termoterapia superficial (radiación infrarroja, almohadillas eléctricas y compresas de materiales gelatinoso), termoterapia profunda (ultrasonidos, onda corta y microondas), electroterapia (estimulación eléctrica transcutánea nerviosa y corrientes interferenciales), laserterapia, ejercicio terapéutico basado en ejercicios isométricos y excéntricos, masoterapia (masaje superficial, profundo y técnicas especiales como el masaje transverso profundo de Cyriax y el drenaje linfático manual), hidroterapia, ejercicios propioceptivos, terapia miofascial, entre otras.
Si lo deseas, visita nuestro centro de fisioterapia en Dos Hermanas y te ayudaremos en la recuperación de la lesión muscular que tengas, analizando de forma minuciosa tu caso y optimizando los plazos de recuperación.
Las lumbalgias es una de las causas de baja laborales más frecuente en nuestro país y muchas veces se encuentra provocada por protrusiones o hernias del disco lumbar. El dolor de espalda es un problema importante tanto para los pacientes que lo sufren, en primer lugar, como para los profesionales de la salud y para la sociedad en general. Su origen puede ser diverso, al igual que su localización, que puede ser cervical, dorsal, lumbar, etc. Su revisión y la importancia de la fisioterapia en su tratamiento es a lo que se dedica el presente artículo.
Aunque generalmente esta afección se ve asociada con el origen de lumbago o dolor lumbar, una persona diagnosticada con una hernia discal lumbar no siempre presenta síntomas como la lumbalgia. Entonces ¿cómo se reconoce una hernia discal lumbar?, la manera correcta de poder llegar a su diagnóstico es a través de pruebas de imagen, en concreto resonancia magnética a través de las imágenes interpretadas por un médico radiólogo o especialista que emita el informe.
Los síntomas dependen de entre otras cosas, de la ubicación del disco herniado y si está presionando los nervios o no. Pero los más comunes pueden ser, dolor a nivel dorso-lumbar, limitación de la movilidad, hormigueos y falta de fuerza en miembro inferior, aparición de contracturas. Si no se comprime los nervios, esta afección puede continuar sin ocasionar dolor y fallas neurológicas. Por lo tanto, se considera un caso asintomático que no tiene que ser tratado.
La región lumbar dispone de un total de 5 vértebras (L1, L2, L3, L4, L5 la cual se articula con la primera vértebra del hueso sacro). Entre cada dos vértebras, hay unas estructuras llamadas discos intervertebrales, las cuales se encuentran próximas a la médula espinal y las raíces nerviosas espinales. El disco intervertebral está constituido por una cubierta de tejido conectivo altamente resistente (anillo fibroso) y un núcleo gelatinoso (núcleo pulposo). Estos discos son los que se encargan de recibir y distribuir el peso que recibe el cuerpo. contribuyen a la estabilizacion de la postura, mantienen cada movimiento y amortiguan las cargas axiales durante el mismo. No es de extrañar que se vayan degenerando con el paso del tiempo dando como resultado la protusión y su consiguiente herniación del disco o nucleo pulposo. Las hernias más comunes se producen entre las vértebras L3-L4 y L5 y primera vértebra sacra.
Pasos para un correcto tratamiento fisioterapéutico en lumbalgias motivadas por hernia discal
Es necesario una previa valoración postural y muscular para identificar todos aquellos factores que nos encamine a dar con la causa principal del origen del dolor lumbar. Una vez que se produce la herniación del disco intervertebral, el tratamiento fisioterapéutico no restaura la función de los discos lesionados si el volumen ya se ha reducido significativamente por la fuga del núcleo pulposo. El objetivo del tratamiento es fomentar el proceso de regresión natural del disco con diferente medidas y herramientas terapéuticas, lo que consecuentemente ocasiona la reducción de los síntomas presentes.
En STC Fisioterapia, como especialistas en fisioterapia de Dos Hermanas, el tratamiento de elección es indicar movimiento y ejercicio terapéutico guiado siendo esta la medida más efectiva para prevenir el empeoramiento. Cuando los síntomas de dolor son muy agudos, iniciaremos un protocolo de técnicas antiinflamatorias como electroanalgésia, neurodinamia, masoterapia suave y ejercicio isométrico o sin movimiento, para reducir dolor y aumentar umbral de sensibilidad.
A su vez, el reposo y la inmovilización es contraproducente. Las intervenciones fisioterapéuticas que tienen un alto grado de efectividad basada en la evidencia cuando hay hernia discal son las siguientes:
• Educación para el dolor. • Estimulación nerviosa eléctrica transcutánea (TENS). • Terapia de tracción. • Termoterapia. • Manipulación vertebral. • Técnicas manuales de acupresión y relajación miofascial. • Técnica de ventosas o cupping. • Ejercicios de estabilización del CORE. • Ejercicios de fortalecimiento. • Ejercicios de estiramiento. • Técnicas de Neurodinamia. • Gestión del estrés y ejercicios de relajación: reduce la tensión de espalda. • Gimnasia postural o Reeducación postural global (RPG)
La Epicondilitis o codo de tenista, es una patología que afecta al codo en su cara externa, provocada por su uso excesivo, por movimientos repetitivos y microtraumatismos.
Se produce una sobrecarga en los tendones que se insertan en el epicóndilo (protuberancia externa del codo), provocando dolor en la musculatura extensora de la muñeca y dedos, e impotencia funcional en el miembro.
Dichos movimientos repetitivos, producen inflamación en la región del epicóndilo y en los tendones que allí se insertan. Provocando inflamación en el tendón (produciendo tendinitis), en la unión del tendón al hueso (produciendo entesitis) y/o inflamación del periostio (produciendo periostitis). El periostio es la capa de tejido que cubre el hueso, esta inervada, de ahí esa sensación de dolor.
¿A qué profesionales les suele afectar más el codo de tenista?
Pese a su sobrenombre de codo de tenista, no es a este colectivo al que más afecta. En mayor medida, afecta a trabajadores como limpiadoras, carpinteros, fontaneros, carniceros, pintores; es decir, aquellas profesiones en las que tienen que desarrollar su trabajo mediante objetos en los que tienen que ejercer fuerza contra resistencia de forma reiterada y mantenida. Debido al uso excesivo, se producen microrroturas en el tendón, lo que a su vez produce inflamación y dolor, lo que conlleva a la anteriormente citada, impotencia funcional.
Las personas, cuyos trabajos o deporte que practiquen, implique movimientos repetitivos bajo tensión y resistencia de dedos, la muñeca y antebrazo, tienen mayor probabilidad de padecer esta lesión o patología.
Los síntomas se desarrollan normalmente de forma gradual. Comenzando con molestias o dolor leve, empeorando con el paso de las semanas o meses. No suele haber una lesión específica asociada al inicio de estos síntomas, se asocia más bien a movimientos repetitivos contra resistencia, como se ha indicado anteriormente.
Se suele manifestar con dolor en la región externa del codo, debilidad muscular y pérdida de fuerza en el agarre de objetos (se es incapaz de coger una botella de agua, sostener una taza de café, exprimir una fregona, sujetar un cuchillo, etc., son algunos ejemplos). Los síntomas empeoran con la actividad y mejoran relativamente con el reposo o la inactividad, es decir, mejoran al no realizar los movimientos que producen dicho dolor.
¿Qué tratamiento podemos seguir para combatir el codo de tenista?
La primera medida que debemos tomar es suspender aquella actividad o gesto o movimiento que nos provoca el dolor. En el caso de no poder hacerlo, se recomienda el uso de una cincha o brazalete antebraquial o de epicondilitis. Esta órtesis, al colocarse en la zona lesionada, le quita tensión a la región afecta, reduciendo el impacto de los movimientos que producen el dolor y por consiguiente, disminuyendo dicho dolor.
Otras medidas como las infiltraciones, reducen en gran parte el dolor, llegando incluso en algunos casos a quitar dicho dolor. Como inconveniente, podemos encontrar que dicha infiltración, no cura totalmente la lesión, le quita el dolor, pero la lesión persiste.
La fisioterapia es un gran aliado para combatir esta patología
El tratamiento más efectivo para este tipo de lesiones es la fisioterapia, ya que aborda la lesión desde varias técnicas, obteniendo excelentes resultados en un periodo relativamente corto. Utiliza técnicas como la masoterapia, electroterapia (ultrasonidos, corrientes tens, entre otras), punción seca, estiramientos, , crioterapia, vendajes funcionales, y kinesiotaping, así como ejercicio terapéutico adaptado a la clínica del paciente y todo esto buscando el alivio del dolor y la recuperación funcional para que pueda tener una vida laboral y de ocio satisfactoria, y lo que es más importante, sin dolor.
Comenzamos hablando un poco de este musculo que habitualmente se ve afectado o lesionado. Donde lo podemos encontrar y qué función desempeña en nuestro cuerpo.
El musculo supraespinoso (SE) forma parte del manguito de los rotadores junto a subescapular, infraespinoso y redondo menor. Lo podemos encontrar en la parte supero-posterior de la escapula o paletilla, como comúnmente se la llama, en la llamada fosa supraescapular, insertándose en el Troquíter (tubérculo situado en la parte superior del humero). El SE es un musculo estabilizador de hombro, rotador externo y abductor en los primeros grados del hombro.
¿Cómo se produce la tendinitis del hombro y cómo se manifiesta en los pacientes?
La Tendinitis o Tendinopatía del SE no tiene una causa concreta, es el desencadenante de varios factores los que conllevan a dicha lesión. Generalmente, su causa más frecuente viene por un atrapamiento de su tendón a su paso por el espacio subacromial. Dicha disminución de espacio viene como consecuencia de otra lesión o alteración. Hay una serie de factores predisponentes a sufrir esta lesión, como son: la edad, actividades que desarrolle, degeneración articular, factores metabólicos, genéticos y cambios o alteraciones posturales.
El dolor en la Tendinopatía del SE suele ser el principal síntoma, siendo un dolor que no somos capaces de localizar con la punta del dedo, es un dolor llamado difuso, se siente en la cara antero-lateral del hombro, el cual se ve incrementado al elevar y/o rotar el hombro externamente. Movimientos repetitivos del hombro y posturas mantenidas con el brazo elevado y en rotación, pueden provocar dicha lesión. Pudiéndose irradiar dicho dolor hacia el brazo hasta el codo y/o al cuello.
Métodos y formas de diagnosticar la tendinitis del hombro
El principal método para diagnosticar esta lesión, la tenemos en la palpación, donde explorando el recorrido del musculo y el tendón, buscamos la o las zonas dolorosas. Frecuentemente, dicha zona se encuentra en el tendón del musculo, cercano a la inserción (lugar donde el tendón se une al hueso).
Otra prueba diagnóstica para ver si tenemos lesionado el SE, muy fácil de realizar es pedirle al paciente que se lleve la mano a la espalda, como cuando se abrocha o desabrocha el sujetador o para meterse la camisa dentro del pantalón. Si aparece dolor al realizar dicho movimiento, es signo claro de lesión del SE.
Ecografías, resonancias magnéticas y radiografías son métodos muy eficaces y útiles para el diagnóstico, para localizar el lugar exacto de la lesión y poder descartar la presencia de calcificaciones en la región, que producen mucho dolor e impotencia funcional.
La fisioterapia como el mejor aliado de un proceso de recuperación de Tendinopatía del supraespinoso.
El mejor y principal tratamiento para la tendinitis del hombro es la fisioterapia. Para recuperar la funcionalidad y la movilidad correcta de los tejidos afectados y eliminar el dolor provocado por la lesión.
La Fisioterapia dispone de un amplio abanico de técnicas para el tratamiento de la tendinopatía y su musculatura. Algunas de esas técnicas son: masoterapia suave y descontracturante, masaje trasverso profundo (Cyriax), electroterapia analgésica, crioterapia, punción seca, estiramientos, ejercicio terapéutico, vendajes neuromusculares (kinesiotaping), movilizaciones, etc.
Se ha demostrado con estudios recientes(*)que un adecuado protocolo de ejercicios terapéuticos y reeducación funcional guiados por un fisioterapeuta, es la mejor elección para la mejora de las tendinopatias del manguito rotador, que engloba a su vez, afectación del tendón supraespinoso.
Habría que aclarar que, en el tratamiento de la Tendinopatía del SE, hay que tratar el musculo en su conjunto y los tejidos y estructuras adyacentes para así recuperar la funcionalidad del hombro.
(*) (Fortalecimiento excéntrico en tendinopatías del manguito de los rotadores asociadas a pinzamiento subacromial. Evidencia actual Eccentric strength training for the rotator cuff tendinopathies with subacromial impingement Salvador IsraelMacías-HernándezaLuis EnriquePérez-Ramírezb
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